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LACTANTES Y LOGOPEDIA NEONATAL

Sandra Corvo Macarro

Según la Guía de Estándares y Recomendaciones de Calidad Asistencial en las Unidades Neonatales del Ministerio de Sanidad, publicada en 2014, se estableció que el período neonatal desde un punto de vista asistencial, incluía, en los nacidos a término, los primeros 28 días y las 46 primeras semanas en los nacidos de manera prematura. 


No es muy conocido el hecho de que desde los primeros días de vida puedan aparecer en los recién nacidos problemas que dificulten su alimentación. Durante el desarrollo embrionario, en las ecografías, se puede ir observando cómo el bebé succiona su dedo y mete la mano en la boca. Sin embargo, al nacer, este movimiento, aprendido antes del parto, se pierde, cuando entra en juego la gravedad. Algunos bebés, encuentran dificultades para reaprender ciertas habilidades o adquirir algunas nuevas, y es aquí donde comienza la labor de un logopeda neonatal. 


El logopeda neonatal, atiende al recién nacido y lactante, sobre todo, en sus necesidades alimenticias, ya que es la actividad fundamental que debe realizar por sí mismo (además de dormir). También comienza su socialización. Aquí el logopeda interviene en las interacciones y en el desarrollo comunicativo que se establece entre el bebé y la familia, sobre todo si ha habido una separación por hospitalización o alguna dificultad tras el nacimiento.


Se considerará logopedia neonatal hasta los 3 años de edad, por lo que se interviene en un conjunto de procesos diversos del sistema sensitivo y muscular orofacial que producen la gesticulación, la alimentación, el habla… Las habilidades orales serán las que permitan la alimentación del bebé en la etapa de lactante (tanto en pecho como en biberón) y permitirán los cambios de texturas cuando se llega a la fase de masticación.

QUÉ ESPERAMOS EN UN DESARROLLO NORMOTÍPICO?


-       Entre los 0 y 3 meses:

o  Tiene reflejo de succión y controla las degluciones. Hay buen control entre succión (del pecho o del biberón) y deglución.

o  Presenta el reflejo de búsqueda, náuseas y produce eructos.


-       Entre los 4 y 6 meses:

o  El reflejo de succión va desapareciendo y se inicia la alimentación por cuchara.

o  Cuando el bebé come, cierra su labio inferior para poder coger el alimento de la cuchara.

o  Comienza el balbuceo en el que mezcla vocales y consonantes.


-       A partir de los 6 meses:

o  Se irá realizando una transición a nuevos alimentos, y se podrá optar a algunas herramientas: BLISS, BLW, purés...

El desarrollo comunicativo sucede a lo largo de toda la vida y es esencial para el desarrollo global de cualquier persona. El habla irá apareciendo a partir del primer año de vida del bebé, pero con anterioridad ya irá iniciando otras formas de comunicación básicas para lo que se establecerá en el futuro como su lenguaje y habla. Trabajar con las familias la escucha, la sensibilidad y la respuesta a estas fases previas será una garantía de actuación precoz y también una disminución de posibles necesidades futuras.

 

¿EN QUÉ MOMENTO UN BEBÉ PODRÍA NECESITAR A UN LOGOPEDA NEONATAL?

           Si el recién nacido presenta dificultades para ganar peso, en la alimentación (tos, atragantamiento, dificultades en el agarre al pezón…), si se observa incoordinación en la respiración-succión-deglución, gran sensibilidad oral, si han existido cirugías orofaciales (por alguna fisura, por ejemplo) que puedan afectar al desarrollo deglutorio o del habla, si tienen reflujo gastroesofágico, dificultad en el manejo de sus secreciones…

           Siempre habrá que valorar dos aspectos de gran relevancia: el nivel de fatiga (ya que el gasto energético que realiza es muy alto y pueden cansarse durante la alimentación si no tiene una coordinación adecuada) y el riesgo de aspiración (por la falta de habilidades necesarias para una deglución eficaz y segura).

           El logopeda será quien colabore con la lactancia materna. De la que hablaremos en otra entrada con mayor detenimiento.

 

¿QUÉ FUNCIONES REALIZARÁ EL LOGOPEDA NEONATAL EN ESTE ASPECTO?

           Será el logopeda quien valore la musculatura de la cara y las funciones orofaciales, es decir, la succión o masticación, la deglución y la respiración; también las alteraciones posturales a este nivel y la presencia o no de los reflejos primitivos orofaciales (succión, búsqueda, mordida, náusea…) y el control de secreciones.

           Los tratamientos se deben realizar tanto hospitalarios como en el momento del alta y llevar un adecuado seguimiento para valorar los posibles retrocesos o asegurarse de las mejorías. Como ya hemos hablado en entradas anteriores donde escribíamos sobre recién nacidos y prematuridad, la implicación y participación familiar siempre es fundamental con bebés, ya que serán quienes potencien los beneficios de la recuperación.

           Como con cualquiera de nuestros pacientes, las intervenciones deben incluir las necesidades sanitarias, pero también las humanas, es decir, vinculación y comunicación con el bebé y con la familia.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.    Inclán Riesgo, M. (2021). El papel de la logopedia en la UCI neonatal.

2.    Déniz González, E. (2020). Análisis de la terapia logopédica del neonato en la UCIN: revisión teórica.

3.    en Logopedia, T. G. (2022). GUÍA DE INTERVENCIÓN LOGOPÉDICA EN ATENCIÓN TEMPRANA (Doctoral dissertation, Universidad de Valladolid).

4.    Vázquez Llorente, M. (2023). El rol del logopeda en la succión no nutritiva en la unidad de cuidados intensivos neonatales.

5.    Carrazana Suárez, A. D. L. C. (2020). Terapia miofuncional y orofacial en neonatos prematuros.


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